El próximo 22 de agosto la Fundación San Antonio celebrará en el Gimnasio Moderno de Bogotá sus 125 años. Un acontecimiento único por tratarse de la fundación más antigua de la Iglesia y por tener como patrono al Eminentísimo Señor Cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia. Este encuentro de carácter excepcional no sólo será una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de nuestra sociedad y de nuestra niñez en particular, sino que coincidirá con el lanzamiento de la campaña “Camino, Verdad y Vida” de la Arquidiócesis de Bogotá.
“Camino, Verdad y Vida” es una invitación a apoyar la tarea de la Iglesia que es la de ser “sal de la tierra y luz del mundo” en medio de la sociedad en la que el Evangelio debe ser proclamado y vivido.
Cardenal Rubén SALAZAR GÓMEZ, Arzobispo de Bogotá
Monseñor Rafael Cotrino, Vicario General de la Arquidiócesis de Bogotá y Presidente de la junta directiva de la Fundación San Antonio, explica que en Bogotá existen cerca de 2.1 millones de niños, niñas y adolescentes, de los cuales más de la mitad se encuentra en situación de pobreza, pobreza extrema o en riesgo de padecerla; y agrega que “lamentablemente los niños, niñas y adolescentes son víctimas de las carencias de la ciudad: educación de calidad, sistemas incluyentes de salud, óptimos estándares nutricionales, por nombrar algunas”.
Es así que en Colombia la Iglesia no solo asume la responsabilidad de formar en valores humanos y cristianos a estos niños, sino también busca acompañarlos en sus procesos para que lleguen a ser ciudadanos de bien. A través de sus colegios, su universidad y un gran número de obras sociales, la Iglesia de Bogotá promueve la dignidad de nuestros menores, proporcionando las herramientas para que construyan sus proyectos de vida, acompañando a las familias y comprometiéndose con las personas más vulnerables de la ciudad. Un ejemplo de esta entrega y compromiso es la Fundación San Antonio (FSA) que en sus 125 años ha sido esperanza, guía y acompañamiento de cientos de miles de niños, niñas y adolescentes.
Kenny Lavacude, Director Ejecutivo de la Fundación San Antonio reconoce a Monseñor Manuel María Camargo, llamado el Apóstol de la Caridad, como el gran artesano de la Fundación, quien en 1894 y con solo 12 niños dio inicio a la obra. Hoy, 125 años después, la Fundación atiende a más de 5000 niños mediante sus programas de educación formal, aprovechamiento del tiempo libre y de cooperación interinstitucional.
En el año 2004, la Fundación sigue ampliando su rango de acción mediante la fusión de los Colegios San Antonio y el Interparroquial del Sur Santo Cura de Ars, fundado en 1965, para dar paso al Gimnasio Monseñor Manuel María Camargo, ubicado en la localidad 15 Antonio Nariño, barrio San Antonio. El Colegio responde a una necesidad formal que tenían muchas familias de formar a sus niños y niñas en un ambiente de exigencia académica inspirado en el Evangelio. En esta institución educativa, se forman 1,150 estudiantes provenientes de Antonio Nariño (32%), San Cristóbal (15%), Rafael Uribe (9%), Usme (9%), Kennedy (8%), Santa Fe (6%), Tunjuelito (6%), Los Mártires (6%), Ciudad Bolívar (3%), Bosa (2%), Puente Aranda (2%), y Engativá (1%) buscan convertirse en profesionales.
“Hacer las cosas bien desde el principio y cada vez mejor, siempre ha sido nuestro lema”, destaca la Rectora María Elvira Vásquez Escobar. “Trabajamos y formamos para dar vida a nuestros principios y valores. Como resultado de ello, graduamos cada año a unos 100 estudiantes y me enorgullece verlos convertidos en profesionales y pilares de sus comunidades”.
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, de acuerdo con la caracterización del sector educativo realizada por la Alcaldía Mayor en el 2017, este año se presentó una disminución del 34% de los inscritos respecto al año anterior, y una disminución del 15% en la demanda de cupos educativos en el sector oficial. Si bien los datos del sector educativo privado varían dependiendo de la fuente de información, todos concuerdan en que desde 2013 se observa una reducción significativa en el número de estudiantes nuevos, así como en el número de estudiantes que permanecen escolarizados.
Para enfrentar esta problemática, nació Redes, Escuelas para el Tiempo Libre, un programa dirigido a niños y adolescentes entre los 6 y 17 años de edad, cuyo objetivo es combatir la deserción escolar a través del acompañamiento en tareas y el desarrollo de actividades de refuerzo. Siguiendo un modelo pedagógico que integra el aprendizaje lúdico, el primer centro se creó en colaboración con la parroquia del barrio Belén cerca al centro de la ciudad y se fue replicando con el tiempo.
16 años después, Redes, Escuelas para el Tiempo Libre, ha integrado componentes artísticos, deportivos, tecnológicos y ecológicos haciendo presencia en 14 centros en el sur de la ciudad y en el municipio de Soacha, donde atiende en promedio a 1.200 niños, niñas y adolescentes al año con la ayuda de 70 colaboradores directos.
“Redes, Escuelas para el Tiempo Libre, se ha convertido en nuestro programa insignia. La FSA es y seguirá siendo una institución a la vanguardia del progreso social y educativo, así como un refugio para las víctimas de conflicto. Desde la Guerra de los 1000 días al día de hoy, hemos sido un asilo para los huérfanos y las poblaciones más vulnerables. Mediante la Fundación de Atención al Migrante – FAMIG – aportamos una luz de esperanza a las comunidades desplazadas. En la actualidad, el 94% de las personas atendidas son migrantes venezolanos. Este año FAMIG ha recibido a cerca de 23.000 venezolanos. Si tuviese que resumir nuestra acción, diría que somos ¡artesanos de la esperanza!”, concluye Kenny Lavacude.
Para mayor información sobre la Fundación y sus programas, consulte nuestra página web: www.fundacionsanantonio.org